martes, 23 de octubre de 2012

22 DE OCTUBRE: HACE 113 AÑOS CIPRIANO CASTRO ENTRÓ TRIUNFANTE A CARACAS

Entrada de Cipriano Castro a Caracas.
El 22 de octubre de 1899, Cipriano Castro, entró triunfante a la ciudad de Caracas, luego de una serie de victorias en su avance hacia el centro de Venezuela, en los hechos que se conocieron como la “Revolución Restauradora” o “invasión de los 60”. Los que participaron en este levantamiento acusaban al gobierno despótico de Ignacio Andrade de haber violado la Constitución Nacional de 1893, y se proponían restaurarla mediante el movimiento revolucionario.

Previo a su participación en este alzamiento, Cipriano Castro estuvo exiliado durante 7 años en Colombia (1892-1899), desde donde esperaba para tomar el poder. En este sentido, la crisis política experimentada por el liberalismo tradicional y el régimen de Ignacio Andrade, permitió el desarrollo cabal del movimiento revolucionario castrista. Desde mediados de 1898, sus partidarios en Táchira habían iniciado una gran actividad y se convierten en una célula conspirativa, al observar la fragilidad del gobierno.

Por su parte, Castro intenta entonces formar una alianza con otro caudillo tachirense exiliado en Colombia, Carlos Rangel Garbiras, con el objeto de coordinar una insurrección; pero, el fracaso de las conversaciones sobre el particular lo lleva a la determinación de llevar a cabo la invasión con sus fuerzas, en las que figuraban personajes tales como Juan Vicente Gómez, Manuel Antonio Pulido, José María Méndez, Emilio Fernández, Jorge Bello y Pedro María Cárdenas. Tras muchos esfuerzos, Castro logra juntar un contingente de unas 60 personas que invaden por la frontera colombiana el 23 de mayo de 1899, cruzando el río Táchira hasta llegar a Venezuela.

 La marcha de la Revolución Liberal Restauradora hacia Caracas dura cinco meses; y después de las batallas de Las Pilas, Tononó, El Zumbador, Cordero, Tovar, Parapara y Nirgüa, tienen en Tocuyito, en las cercanías de la ciudad de Valencia, un gran combate, el 16 de septiembre, con seis mil soldados de las tropas del gobierno que comandaban los generales Diego Bautista Ferrer y Antonio Fernández. El resultado de la batalla es desastroso para Andrade, pues significa no solamente la derrota, sino también el final de su acción militar contra la revolución que encabeza Cipriano Castro.

 Las tropas de la Revolución Restauradora también sufren numerosas bajas, pero pueden avanzar de inmediato y ocupar la ciudad de Valencia, en donde instalan sus campamentos, mientras empiezan conferencias con jefes políticos y militares del gobierno de Andrade, que culminan con la decisión tomada por el general Luciano Mendoza, comandante del Ejército del gobierno que proclama al general Cipriano Castro como el nuevo Jefe Supremo de la República, comandante del Ejército Nacional y jefe del Partido Liberal Amarillo.

Una vez en la Presidencia, el gobierno de Castro fue el puente entre la Venezuela feudal y el comienzo de la modernidad. Estimuló el nacionalismo. Valientemente se enfrentó al capital monopolista extranjero y consolidó la integración del territorio nacional con la extirpación del caudillismo local. El pueblo venezolano lo conoce como «El Cabito» traducción del «Petit Caporal» napoleónico. Castro contribuyó a destacar lo nacional y a unificar un país plagado de revoluciones.

Como Presidente, Cipriano Castro tuvo que enfrentar una fuerte oposición política apoyada por intereses transnacionales. Entre los principales conflictos en su gobierno, destacan: el estallido de la Revolución Libertadora (1901-1903), liderada por el banquero Manuel Antonio Matos y que contó con el apoyo financiero de compañías extrajeras; el bloqueo de las costas venezolanas por parte de las armadas de Inglaterra, Alemania e Italia (diciembre de 1902- febrero de 1903) que motivó la célebre proclama de Castro: “Venezuela, la planta insolente del extranjero ha profanado el sagrado suelo de la Patria”.

En 1908, tras padecer una rara enfermedad en el tracto urinario, Castro viaja a Alemania para someterse a una operación quirúrgica. Durante su ausencia dejó encargado de la Presidencia a su compadre y Vicepresidente de la República, Juan Vicente Gómez, quien aprovecha la oportunidad para perpetrarle un golpe de Estado con el apoyo de la Secretaría de Estado de los Estados Unidos y de varias potencias extrajeras adversas al gobierno nacionalista de Cipriano Castro, y para quienes este resultaba incomodo, pues en su gobierno impulso una política exterior pugnaz, no subordinada a los intereses de las potencias imperialistas, y enfilada contra EE.UU. en el tramo de disputas con trusts y empresas como el New York and Bermudez Company, justo cuando Ted Roosevelt, presidente de EE.UU., instauraba una política de miedo en el Caribe y Centroamérica.

Castro jamás pudo regresar a Venezuela, y durante el resto de su vida se mantuvo vigilado en el exilio por la inteligencia Gomecista, la cual estaba permanentemente atenta ante cada uno de sus movimientos.
Castro muere en Puerto Rico, el 5 de diciembre de 1924.

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